sábado, 6 de enero de 2007

"EL CAJON DE LA COCINA"

Estaba en la soledad de mi hogar cuando me decidí a cocinar por priemera vez en la semana. Importa, que ya sea viernes???.Lo que sucede, es que estuve morando en otros hogares con alimento mas sustancioso...
Se me ocurrió hacer una deliciosa salsa de queso: (Cubo de sabor Knorr*, queso crema o fundido, queso fresco, rallado, crema de leche, e inclusive leche para que no espese mucho...)
Me puse un deserotizante delantal verde, heredado de la nona. Y busqué esas cosas que usa la gente que cocina; recipientes para mezclar, ingredientes, ollas, etc. El tema que quiero desarrollar, es que necesitaba una espátula... Y en ese justo momento me dispuse a abrir el cajon de la cocina, pero no hablo del ordinario Primer cajon, donde disponemos de tenedores, cucharitas, cuchillos, y cucharas soperas... NOO! Yo me refiero “AL CAJON”, al tan temido “SEGUNDO CAJON”.
Lo abrí con ansias, y temor a la vez, sabiendo que podría encontrarme, con algun tipo de ser vivo...
Tiré de la manijita, de mi cajón de fórmica verde y....No sé si el adjetivo es espeluznante o nauseabundo.
Como paneo general pude denotar que ahi estaban los cuchillos que no cortan de las promociones de Coca Cola*. Esos con cabitos rojos, que sólo sirven para untar manteca. Luego encontré un casacanueces, y miles de tenedores de copetín, pero no de los truchos, unos muy buenos de marfil. Cuenta la historia: Los trajo mi padre, cuando un barco Indio, llegó hasta aguas Argentinas, en sus Épocas de “PREFECTURO”.
Ví tambien metros y metros de piolín blanco, con el que atan las cajas de pizzas, eso significa que el “No cocinar” Es una actividad propia de mi familia, y lo llevo en la sangre. Apareció una nuez moscada, y su respectivo rallador, creo que datan, por lo menos, de 1986. Ni hablar de chinches, llaves, MILES de llaves... Jamás tuvimos tantas cerraduras!!, de donde sacaron tantas llaves????
Un poco mas en el fondo encontre el envase donde vienen las aceitunas.... Pero lleno de esas cintitas en las que viene envuelto el pan lactal, esas de colores con un alambrecito dentro. (Cuanto tiempo, cuantos kilos habran engordado, para juntar 216 cintitas??).
Había tambien, una hermosa colección de lapiceras que no andan, tal vez les saque el olor a nuez moscada, y las venda en Parque Rivadavia, como objetos de colección.
Y llegando al final de mi aventura con el“SEGUNDO CAJON” (que todos tenemos en casa)... (No lo nieguen, vamosss).
Quiero resaltar la capa de...óxido (proveniente no se de donde) y el medio kilo de polvo que podría juntar si me decidiera a limpiarlo... Ahora vendran las criticas, Lo sé...
“Roñosa”, “Cachicavechera”, “Mala ama de casa”... Diganme lo que quieran...Para mí es historia contemporánea, como borrar años, y años, descuidando ese cajon? Llenándolo de cosas Inútiles e innecesarias...
Soy nostálgica, viejo!
Espero que este relato abra cabezas, y no sometan al “SEGUNDO CAJON” a una limpieza profunda con “Mr. Musculo, y ese tipo de productos corrosivos.
Quiero agregar que la espátula, jamás apareció. Asi que llamé al delivery, me pedi una de jamon y morrones, y guardé el hilito, para hacerle un aporte a la colección privada de la familia




*Knorr, Y Coca Cola, espero sus regalos próximamente.